Una vez que se ha elegido el lugar y verificado los niveles y pendientes, se procede a la excavación. Este trabajo se pude efectuar de dos maneras: mecánicamente, con una pala retroexcavadora, o con herramientas de mano. El primer método solo se puede usar si hay espacio suficiente para maniobrar este tipo de máquinas. A las herramientas de mano, no les afectan las irregularidades del área, aunque son más trabajosas. Terminada la excavación se tiene la silueta de lo que va a ser la piscinas con todas sus formas. Se colocará una lámina de polietileno para realizar la armadura de hierros evitando además el contacto de los hierros directamente con la tierra. Para cada construcción se realiza un cálculo del tipo y grosor de los hierros que se deben utilizar, teniendo especial cuidado en las curvas y distancias entre sí al colocarlos. Las piscinas se construyen completamente en hormigón proyectado, tanto el suelo como las paredes. Se construyen de forma monolítica, o sea, en una sola pieza. El cálculo del hierro se realiza por ingenieros especializados.